Todo lo que muere
de John Connolly
Una noche, Charlie «Bird» Parker, inspector del Departamento de Policía de Nueva York, discute por enésima vez con su mujer y sale a tomar unas copas; cuando vuelve a casa, se encuentra a su mujer y a su hija de tres años salvajemente asesinadas. Entre los sospechosos figura el propio Parker, pero el crimen no podrá resolverse. Incapaz de superar los sentimientos de culpabilidad y expulsado del cuerpo de policía, Parker se convierte en un hombre atormentado, violento y deseoso de venganza. Cuando su ex jefe le pide ayuda para resolver el caso de una joven desaparecida, Parker acepta y se embarca en una investigación que le llevará hasta el sur de Estados Unidos, donde se las verá con el crimen organizado, con una extraña anciana que dice oír voces de ultratumba y con el «Viajero», un despiadado asesino en serie.
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Como todo el mundo sabe (por lo menos los que entramos aquí de vez en cuando), en este blog, se aceptan recomendaciones. Este Ojo Lector tiene sus gustos, pero no está en contra de probar cosas nuevas. En este caso, gracias a la recomendación de Reparito, me he adentrado en el campo de la Novela Negra; un género que, sin duda, había tocado poco -en lo concerniente a Millenium, nada más- y que tampoco me dislocaba.
Como digo, Reparito, hace unos meses, me recomendó reiteradamente la lectura de las «Todo lo que muere» de John Connolly y como es mi lector favorito desde hace años, decidí hacerle caso y asegurarme que, por lo menos, volviera una vez más a este modesto blog.
De «Todo lo que muere» hay que decir que es la primera de una serie de novelas que John Connolly dedica al detective, ex-inspector de policía, Charlie «Bird» Parker. En su día, ganó unos cuantos premios, lo que, sin duda, propició la aparición de 7 novelas más basadas en el personaje. Definitivamente, es, hoy en día, una saga de gran éxito.
¿Qué es lo que más me ha gustado de «Todo lo que muere«?
Definitivamente, el estilo. Aunque, al final de la novela, renquea un poco, hay momento en los que parece que estás leyendo una novela en tres dimensiones y perceptible por los cinco sentidos. Parece que se desarrolla totalmente en blanco y negro, con mucho humo y alcohol (aunque el protagonista es ex-alcoholico), toda repleta de personajes atormentados y alejados completamente de la mano de Dios. Por lo general todo es bastante sordido.
Asimismo, hay crímenes: muchísimos crímenes. Es uno de los detalles que más me ha gustado. Aunque terriblemente sangrientos, son bastante peculiares y originales. Creativos. Además, las escenas, están escritas tan minuciosamente, que puedes, incluso, oler la sangre.
¿Qué es lo que menos me ha gustad0?
En primer lugar que, definitivamente, la novela negra no es lo mío. Aunque valoro la buena escritura y la creatividad, no es un género que me atraiga demasiado. No obstante, este detalle, no es culpa del amigo Connolly ni de su novela.
Más concretamente, en «Todo lo que muere«, hay cosas que no terminan de encajar. Por ejemplo, las deducciones del detective, a veces, son bastante libres. Es decir, muchas veces no se sabe bien cómo el personaje llega a una conclusión que es fundamental para dar con la resolución del misterio. Del mismo modo, hay escenas que me resultan poco comprensibles y un poco surrealistas que, aunque pueden ser «alucinantes» para el lector asiduo del género, no dejan de ser un poco ilógicas.
En definitiva, creo que es una buena novela; está bien escrita y tiene un buen ritmo. No obstante, no es para todos los públicos. Está muy encaminada a gustar a los amantes de su género y, probablemente, si no te encuentras entre ellos, es posible que no la llegues a disfrutar del todo.
Ahora, empezaremos con otra recomendación: «Guerra Mundial Z«… a ver qué tal con los zombies.
Escrito por El Ojo Lector