Lo verdadero es un momento de lo falso
de Lucía Etxebarria
El cadáver de Pumuky, un joven de veintisiete años, cantante de un grupo de moda, aparece en un remoto pinar situado en los alrededores de Madrid con un tiro en la cabeza. ¿Se ha suicidado? ¿Le han disparado? Y de ser así, ¿fue el asesino su mejor amigo, su novia despechada, el díler al que le debía dinero? Cada persona alrededor de Pumuky ##novias, amantes, amigos, mánager, vecinas, madres de amigos, todos ellos entrelazados en una enmarañada red de relaciones sexuales y amistosas, infidelidades y mentiras, traiciones e hipocresía## cree saber la verdadera razón de su muerte. Cada uno conoce datos que, en su opinión, aportan luz sobre el caso. Pero sólo el lector, cuando recopile todos los testimonios, entenderá lo sucedido. O no. Porque lo verdadero es un momento de lo falso y la realidad no es más que un simulacro infinito. En un mundo en el que la imagen equivale a la verdad, no hay tiempo para pensar, para abstraer, para reflexionar sobre el contenido. Ateniéndose a las tesis situacionistas, desde Debord a Baudrillard, sobre la construcción de la hiperrealidad, Lucía Etxebarria ha escrito muchas novelas en una: un thriller trepidante, un análisis de la desintegración de los modelos amorosos y relacionales de hoy en día, una aguda sátira social# y trece visiones diferentes de una misma historia, una amalgama de miradas que acaba siendo tan fiel a la realidad como el mosaico al original. Divertida, entretenida, certera, cruel a ratos, intensamente erótica en otros, engancha hasta la última página y no dejará a ningún lector indiferente.
¡Consíguelo aquí!Reseña
Lo verdadero es un momento de lo falso fue uno de los primeros libros que se recomendaron en ConvénZeme — el programa de Be Mad, cuya lista de recomendados actualizamos cada domingo —, y confieso que llamó poderosamente mi atención. Me hizo recordar que, allá por los finales y comienzos de siglo, yo me consideraba muy fan de Lucía Etxebarria. Era yo muy jovencita — y muy monja — por aquel entonces, y leer a Lucia Etxebarria se me antojaba una especie de acto controvertido, con sus historias de drogas, bares, homosexualidad y feminismo, que a mi tanto me llamaban la atención pero que me quedaban tan lejos… El caso es que, independientemente de lo que socialmente significara entonces leer este tipo de libros, me gustaron mogollón, hicieron pensar a mi joven cabecita y a creer que, por ahí afuera, existían otras realidades completamente diferentes a la mía.
El caso es que, cuando vi su libro recomendado en el programa, me acordé de ella, de lo mucho que me gustaron sus libros Beatriz y los cuerpos celestes y De todo lo visible y lo invisible, y fui incapaz de recordar el porqué no seguí leyendo ninguna más de sus novelas. Supongo que el problema residía en que, allá por 2001, yo no trabajaba y la paga semanal no me llegaba para comprar todos los libros que me hubiera gustado leer. Luego, cuando ya tuve mi propio dinero, supongo que sus novelas eran un simple y dulce recuerdo.
También está el hecho de que la autora, desde entonces, ha estado envuelta en mil y un entuertos: acusaciones — probadas – de plagio, problemas con el fisco, participaciones en reality shows… Muchos, desde sus primeras novelas y, supongo, por su intensa actividad en redes, le colgaron el sambenito de feminista, como si sus novelas valieran menos por serlo o no tuvieran que tenerse demasiado en cuenta por ello, o como si todo lo que escribiera tuviera que pivotar sobre lo mismo. A mí, siempre me pareció una mujer muy inteligente, aunque de ello derivara su comportamiento un tanto extraño, y sobre el feminismo… ¿qué pasa? Todas las mujeres deberíamos ser feministas (que no hembristas). De hecho, hasta los hombres deberían serlo. ¿Es malo desear que los derechos de la mujer se equiparen, ya no solo sobre el papel, sino de hecho, al de los hombres?
En fin.. Volvamos al lío que, al fin y al cabo, este solo es un blog de libros…
Son bastante curiosos, — y los comento, más que nada, porque vienen a cuento con la reseña y con el propio contenido del libro — los motivos que usó la chica que fue al programa para recomendar Lo verdadero es un momento de lo falso. Supuestamente, ella, la chica, había estado mucho tiempo enferma, guardando muchas horas de cama en hospitales. Durante todo aquel tiempo se aficionó a leer, y uno de los libros que hizo que le picara el gusanillo y que disfrutó bastante fue este de Lucía Etxebarria. Según ella, y no lo digo textual, hablo de lo que recuerdo, le llamó mucho la atención que en el libro, los protagonistas, niños muy jóvenes, que lo tenían todo, porque venían de familias con posibles, se dedicaran a salir de juerga y a drograrse como si no hubiera mañana. Era la reflexión que sacaba ella, bastante joven, postrada en una cama de hospital, sin salud, cuando los personajes de un libro hacían todo lo posible para perjudicar la de ellos mismos. El definitiva, según el comentario de la chica, lo que una podía esperarse de Lo verdadero es un momento de lo falso, no era otra cosa que la historia de unos adolescentes drogándose a manos llenas, continuamente de fiesta y sin pegar un palo al agua… Algo, por otra parte, muy en la línea de lo que había leído yo de la autora.
El caso es que, para mi, el libro no va sobre eso. A ver, es verdad que hay jóvenes que salen y se drogan, pero es algo que se sobreentiende más que algo sobre lo que realmente verse la novela. En realidad, y según mi punto de vista, — que en esta reseña el punto de vista es algo muy importante —, es una especie de novela negra, muy creativa, que gira en torno al asesinato del cantante de una banda de rock incipiente. Sin embargo, no deja de ser curioso cómo la novela, para aquella chica que lo recomendó en televisión, iba de otra cosa totalmente distinta y, aún más curioso, cómo su opinión fraguó en mi, generándome unas expectativas totalmente… ¿equivocadas?
Es curioso porque de esto mismo va la novela de Lucía Etxebarria, que, además de sobre la muerte de cierta persona, también habla sobre lo verdadero, lo falso y la hiperrealidad; ese abstracto concepto que se refiere al imaginario social que configuran los medios de comunicación y que constituye la Verdad que tenemos sobre el propio mundo que pisamos. La hiperreralidad, para que nos entendamos, da origen a expresiones del tipo ojos que no ven corazón que no siente, si no sale en la televisión es que no ha pasado o la que da título al libro que hoy nos ocupa lo verdadero es un momento de lo falso.
Por lo tanto, si Mercedes Milá me preguntara a mí de qué trata este libro, le diría que, en lo externo, se trata de una especie de novela negra donde, mediante los testimonios de distintos personajes, se intenta dilucidar qué ocurrió con Pumuky, el líder de una banda de rock and roll que fue encontrado muerto en extrañas circunstancias. Sin embargo, en lo interno, por debajo de la piel, aborda temas tan interesantes como la verdadera verdad, el origen de lo que no es verdad, lo que se omite, lo que creemos saber, etc. que derivan en reflexiones de más calado como el influjo de los mass media en nuestra sociedad, nuestro nivel de mediatización, la alienación y la propia verdad como entelequia inalcanzable.
Después de haber leído esta parrafada, lo más probable es que penséis que Lo verdadero es un momento de lo falso es un libro tremendamente aburrido. ¡Nada más lejos de la realidad! Es un libro que engancha mogollón. Lo realmente increíble de las buenas novelas es que, además de tener una trama atractiva que te atrapa y que digieres, más o menos, fácilmente, pueden versar sobre otros temas más profundos que los buenos autores suelen abordar de manera casi natural. Es el caso que nos ocupa. Aunque como os dije, en apariencia, es una muy buena novela de detectives, donde tú mismo eres el que debe atar cabos para descubrir lo que realmente sucedió, en esencia, es un libro que te hace reflexionar sobre muchos otros conceptos interesantes. Eso sí, de una manera nada tediosa. La novela de Lucía Etxebarria es sexy, oscura, morbosa, políticamente incorrecta y extremadamente sorprendente.
Posiblemente, una de las cosas que más me ha gustado es la vuelta de tuerca que la autora le da al concepto de novela negra. Aunque muy sui generis, Lo verdadero es un momento de lo falso no deja de ser, en esencia, una novela negra; una en la que el finado no tiene ni voz ni voto y al que debemos conocer a través de personas que sí lo hicieron. Como en las mejores historias de Agatha Christie, como lectores, nos convertimos en una especie de Poirots, cuya misión es analizar las historias y opiniones de todos esos personajes, que omiten, engañan y configuran la realidad de la manera que más los beneficia, a veces, incluso, sin querer. Nuestra es la labor de separar la paja del trigo y de encontrar la verdad. Una verdad que va cambiando a medida que va avanzando el libro y que eclosiona en un soberbio último capítulo.
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En fin, ¿qué más os puedo decir? ¿Que os la recomiendo mogollón? ¿Que es un must? ¿Que qué diablos hacéis que no la estais leyendo ya? Por supuesto, va de cabeza a nuestra lista Libros que enganchan…
Escrito por El Ojo Lector
Soy El Ojo Lector y me encanta leer. Vivo en Sevilla (Andalucía, ES), con mi novio y mi chihuahua-pantera Panchito. Soy fanática de Los Beatles, me encantan los frijoles, el sushi, los macs, el Real Betis Balompié y las películas de Rocky. Desde 2008, leo y reseño en la sombra. Recomiendo libros. No esperes críticas edulcoradas; no las encontrarás, para bien o para mejor :)