Nubes de kétchup comienza bien, con buenos mimbres capaces de entretejer una novela bonita y emotiva, a la vez que trascendente. Con trascendente me refiero a que esos mimbres se utilicen para algo, además de para encuadrar una historia. En esta novela de Annabel Pitcher se habla sobre la pena de muerte, sobre los conflictos familiares, las minusvalías, el amor adolescente, los flechazos, las neuras que una puede sufrir cuando deja de ser una niña,… temas, desde mi punto de vista, muy interesantes. Que la protagonista sea una adolescente, tampoco es un problema en el caso de que seas una lectora (o un lector) que ya ha doblado esa edad.