Es un libro adictivo a más no poder, y eso que no puede decirse que sea una historia breve, y, durante su lectura, incluso después de ella, tienes el corazón encogido, en un puño, con mariposillas en el estómago, y hasta un poco de vértigo.
Es un libro adictivo a más no poder, y eso que no puede decirse que sea una historia breve, y, durante su lectura, incluso después de ella, tienes el corazón encogido, en un puño, con mariposillas en el estómago, y hasta un poco de vértigo.