Son varias las razones por las que se llega a elegir un libro y no otro. A veces, es por el autor, que ya has tenido la oportunidad de leer, y te gusta; otras, por la temática, para qué negarlo; sin olvidar las famosas etiquetas best-seller y no-se-cuanta-ava-edición. Yo me decidí a leer Un robot en mi jardín por la portada, porque mola mogollón, y porque, a través de ella, deduje que sería un libro de esos tiernos y amables que te dan constantemente lecciones de vida.