Hay libros que dejan huella en tu vida. A veces, ni siquiera son los mejores, pero hay novelas que despiertan en ti… algo. Leí «Tres metros sobre el cielo» en 2008,un 24 de junio, y, como podéis ver en la foto, mi reseña consistió solo en una palabra. Precioso. Por entonces, yo no tenía este blog, — empecé con él meses después —, y mis comentarios acerca de las novelas que leía consistían solo en una anotación en la anteportada. Después de escribir aquella en el libro de Moccia, vinieron muchas más relecturas, decenas de visionados de la adaptación italiana de la novela — subtitulada al español — y una compulsiva y delirante lectura del segundo de los libros, en italiano y con el traductor de Google.