El baile de las luciérnagas de Kristin Hannah es una novela que viene precedida por el enorme éxito de El ruiseñor, la última de la autora y todo un éxito en cuanto a ventas. Aunque sea principalmente conocida por esta última
El baile de las luciérnagas de Kristin Hannah es una novela que viene precedida por el enorme éxito de El ruiseñor, la última de la autora y todo un éxito en cuanto a ventas. Aunque sea principalmente conocida por esta última
«El instante preciso en que los destinos se cruzan» llegó por casualidad a mi vida, y lo hizo para quedarse. Se coló en mi lista de pendientes sin hacer ruido, con su portada un poco sosaina y su título increíblemente largo. Empecé a leer, y ya nadie pudo pararme. Esta novela de Angélique Barbérat te absorbe y, a
Lo verdadero es un momento de lo falso fue uno de los primeros libros que se recomendaron en ConvénZeme — el programa de Be Mad, cuya lista de recomendados actualizamos cada domingo —, y confieso que llamó poderosamente mi atención. Me hizo recordar que, allá por los finales y comienzos de siglo, yo me consideraba muy fan de Lucía Etxebarria.
El libro que hoy os traigo es, posiblemente, una de las grandes sensaciones literarias de este año: Harry Potter y el legado maldito, la octava historia de Harry Potter (o del universo Harry Potter). Todo un must para aquellos que hemos crecido y disfrutado con la fascinante saga de J.K. Rowling, y que yo empecé con auténtico miedo.
Hace algunos días, os comentaba por Facebook que un extraño paquete había llegado a casa. Era La pareja de al lado, el libro de Shari Lapena que se publicará en España el próximo 12 de enero. Por cortesía de @megustaleer y de Penguin Random House, he tenido la oportunidad de leer esta novedad anticipadamente. Ya visteis lo currado que estaba el envío, con el libro envuelto en papel de períodico… ¿Qué os puedo decir? Me encantan estas cositas…
Si me seguís, ya sabréis que soy muy, muy fan de Rainbow Rowell y, por supuesto, de sus novelas. Carry On o Moriré besando a Simon Snow, como la han querido llamar en español, era la última que me quedaba por leer. Mi amiga Soff me lo recordaba constantemente… ¿verdad? El problema es que Moriré besando a Simon Snow no se encontraba traducida a la lengua de Cervantes hasta hace relativamente poco y yo, sinceramente, disfruto mucho más leyendo libros en mi idioma. ¿Qué le vamos a hacer? En cuestión de libros, soy así de cateta.
«Miss zapatos de lujo» de Ana Canterero no es que sea un hito en la historia de la literatura, ni siquiera de la chick-lit, sin embargo, opino que es una novela honesta, que está bien escrita, que engancha, que no se va por las ramas, que no decae hasta el final y que no tiene a una protagonista tarada a la que quieres matar. Y, a estas alturas de la película, todo esto se valora…
Tal vez mañana es una novela muy dulce. Tal como me pasó con la anterior novela que leí de Colleen Hoover, aunque se trata también de una historia para jóvenes adultos, tienes la sensación de que podría ser un libro que le gustaría a cualquier persona de cualquier edad. Los personajes apenas se besan, no hay sexo entre ellos, pero es tal la carga sexual, el nivel de enganche que experimentas, que tampoco es algo que llegues a echar manifiestamente de menos. A ver, que ya tenemos unas edades y, muchas veces, las novelas que no pasan del piquito en los labios se vuelven desesperantes. Pero, en el caso de Tal vez mañana, este comportamiento está más que justificado.
Con Cicatriz de Sara Mesa me ha ocurrido algo parecido. Según mi punto de vista, es un libro espectacular. Maravillosamente bien escrito y documentado, su lectura es tan fluida e intensa, que apenas te dura unas horas en las manos. Y eso que no es precisamente un libro fácil o políticamente correcto.
Después de las últimas experiencias con las novelas de Elísabet Benavent — y con las de mis autores favoritos en general— tengo que admitir que empecé Mi isla con miedo. Con miedo y muchas ganas. Aunque siempre os he dicho que no había perdido la esperanza con @betacoqueta y que estaban por venir — seguro — mejores novelas que las últimas, en el fondo, soy tan pesimista que pensaba que, irremediablemente, mi idilio con ella se había ido totalmente al garete. Ya me pasó, en cierto modo, con las novelas de mi idolatrada Marian Keyes. Quizás os suene un tanto extremo, pero tenía medio decidido que, si no me gustaba Mi isla, era muy probable que me diera un respiro con el resto de sus libros. Como en las historias de amor, a veces, es mejor terminarlas antes de que todo se vuelva feo. ¡Quedemosnos con lo mejor, no!?