El instante preciso en que los destinos se cruzan
de

«El instante preciso en que los destinos se cruzan» llegó por casualidad a mi vida, y lo hizo para quedarse. Se coló en mi lista de pendientes sin hacer ruido, con su portada un poco sosaina y su título increíblemente largo. Empecé a leer, y ya nadie pudo pararme. Esta novela de Angélique Barbérat te absorbe y, a

Lo verdadero es un momento de lo falso
de

Lo verdadero es un momento de lo falso fue uno de los primeros libros que se recomendaron en ConvénZeme — el programa de Be Mad, cuya lista de recomendados actualizamos cada domingo —, y confieso que llamó poderosamente mi atención. Me hizo recordar que, allá por los finales y comienzos de siglo, yo me consideraba muy fan de Lucía Etxebarria.

Cuatro por cuatro
de

A lo tonto, a lo tonto, me estoy haciendo muy muy fan de Sara Mesa. Si, hace unos meses, disfrutaba de lo lindo con Cicatriz, hoy le toca el turno a su Cuatro por cuatro, que, en 2003, fue Finalista del Premio Herralde de Novela.

Indiscreción
de

Hay que admitir que, a primera vista, es fácil llegar a pensar que Indiscreción de Charles Dubow es un libro más de literatura erótica. De esos que van de grandes empresarios podridos de pasta, con preferencias sexuales muy marcadas, y de chiquitas ilusas e inexpertas que se dejan querer. Yo misma podría haber sido víctima del engaño, de no ser porque — esta vez sí — tenía bien claro de qué iba esta novela que, probablemente, sea la peor vendida en la historia del marketing editorial.

Las chicas
de

«Las chicas» de Emma Cline, es una novela que se basa en los hechos que cometieron los integrantes de la Familia Manson, a finales de los años 60, aunque va a mucho más allá de todo aquello. Yo la definiría como el retrato pormenorizado de la juventud y, sobre todo, de la mujer, de la mujer de entonces y de la mujer de ahora, y de las escandalosas y vergonzantes similitudes entre ambas.

Cicatriz
de

Con Cicatriz de Sara Mesa me ha ocurrido algo parecido. Según mi punto de vista, es un libro espectacular. Maravillosamente bien escrito y documentado, su lectura es tan fluida e intensa, que apenas te dura unas horas en las manos. Y eso que no es precisamente un libro fácil o políticamente correcto.

En las manos de las furias
de

En las manos de las furias de Lauren Groff, es una novela que llegó a mi encumbrada por grandes titulares. Bestseller de The New York Times; Finalista del National Book Award; Mejor novela del año en Amazon; Mejor novela del año según Obama… (¡según Obama! Ni más ni menos). Como ya sabéis, suelo hacerle poco caso o ninguno a este tipo de estrategias… Aunque, lo del Mr. President me tocó la fibra… Bromas a parte, cuantas más purpurina le pongan a una novela, más suelo huir de ella; cuanto más la anuncien en radio o televisión, más a chamusquina me huele; y, aunque hay honrosas excepciones, no me suelo equivocar al pasar de ellas.

Un robot en mi jardín
de

Son varias las razones por las que se llega a elegir un libro y no otro. A veces, es por el autor, que ya has tenido la oportunidad de leer, y te gusta; otras, por la temática, para qué negarlo; sin olvidar las famosas etiquetas best-seller y no-se-cuanta-ava-edición. Yo me decidí a leer Un robot en mi jardín por la portada, porque mola mogollón, y porque, a través de ella, deduje que sería un libro de esos tiernos y amables que te dan constantemente lecciones de vida.

El pájaro espino
de

Hace mucho mucho tiempo, leí un libro maravilloso llamado El primer hombre de Roma, el primero de una larga serie de libros sobre el Imperio Romano, de una genial escritora australiana, de extraño apellido, llamada Colleen McCullough. Era una de esas novelas en donde la realidad supera de lleno a la ficción. Los romanos se […]

Un mundo sin fin
de

Un mundo sin fin de Ken Follet siempre ha sido una asignatura pendiente para mí. Hace miles de años, leí Los pilares de la tierra, un libro, por aquel entonces, inaccesible para muchas personas de mi entorno. Era una auténtica bestia negra. El mundo se dividía entre los que conseguían pasar de la mitad del libros y entre los que no. Muchos lo adoraban, pero también muchísimos lo aborrecían.