El arte de romperlo todo
de

Empecé a leer «El arte de romperlo todo» de Mónica Vázquez (a.k.a. @ElectricNana) con un poco de suspicacia. Sí, ya sé que pensáis que soy increíblemente exagerada; que, a veces, cuando abordo un libro, parece más que voy a la guerra que a sentarme tranquilamente a leerlo… Está bien, aceptamos pulpo como animal de compañía… Pero, de verdad, no os miento al decir que iba con pies de plomo en esta ocasión.

El café de los pequeños milagros
de

Hace algunas semanas, me ofrecieron la posibilidad de leer El café de los pequeños milagros, el nuevo libro de Nicolas Barreau, el autor de la famosísima La sonrisa de las mujeres, novela que, reconozco, no he leído, pero que, hasta día de hoy, encuentro por todos lados. En estos momentos, creo que Nicolas Barreau se ha convertido en la quintaesencia de lo romántico,

Sigue lloviendo
de

Sigue lloviendo de Alice Kellen , por momentos, me ha resultado un libro bastante anodino y, por otros, me ha mostrado detalles que me han gustado bastante. Así que, para facilitarme un poco la labor, esta reseña será de esas en las que se diferencia claramente lo positivo de lo negativo. Vosotros seréis los jueces; los que, en última instancia, decidiréis si merece o no la pena leer o no esta novela.

Trilogía Corazón
de

Ahora que estamos en verano, y encima con estos calores, no hay nada más apetecible que un buen helado. Supongo que algo por el estilo han tenido que pensar en Grijalbo para idear estas maravillosas y coloridas portadas que hacen tan atractivos a los libros que componen la Trilogía Corazón de Elena Montagud. Tanto por su estética como por su propia distribución escalonada a lo largo de la temporada estival, las novelas parecen especialmente concebidas por y para el verano.

Bilogía La droga + dura
de

La Bilogía La droga + dura me ha recordado, salvando diferencias de temática, a la Saga Valeria de Elisabet Benavent. Supongo que esto le hará mucha ilusión a Peterson que es una gran fan de Benavent. Ambas sagas son «primeros libros» de alguien, y la verdad es que se nota; en el caso de Benavent, porque se iba un poco por las ramas y todo era demasiado naif; en el de Anny Peterson, porque se nota que es una autopublicación y que no tiene una gran editorial detrás.

Contigo en el mundo
de

Cuando tuve en mis manos el nuevo libro de Sara Ballarín, Contigo en el mundo, y, sobre todo, cuando lo abrí y leí el primer párrafo, mi primera sensación fue que no me iba a gustar. Empezaba bien la cosa, ¿eh? También había algo más: hace algún tiempo le di varias oportunidades a su primer libro, El cuaderno de Paula, y reconozco que no puede con él.

El aire que respira
de

El aire que respira de Brittainy C. Cherry es el primer libro de la Serie de los Elementos y, según parece, la novela romántica revelación en Estados Unidos. En fin… Yo empecé a leerla, evidentemente, por las buenas críticas, pero también porque eran muchas las personas que manifestaban que la novela le había producido rechazo y atracción a partes iguales. Ya sabéis que el morbo es algo difícil de vencer, por lo que me fui directamente a por ella. ¿Qué esperaba encontrar? Pues supongo que algo del estilo a Prohibido de Tabitha Suzuma, una novela que engancha muchísimo y que da, de vez en cuando, un poco de repelús.

Tres veces tú
de

Hay libros que dejan huella en tu vida. A veces, ni siquiera son los mejores, pero hay novelas que despiertan en ti… algo. Leí «Tres metros sobre el cielo» en 2008,un 24 de junio, y, como podéis ver en la foto, mi reseña consistió solo en una palabra. Precioso. Por entonces, yo no tenía este blog, — empecé con él meses después —, y mis comentarios acerca de las novelas que leía consistían solo en una anotación en la anteportada. Después de escribir aquella en el libro de Moccia, vinieron muchas más relecturas, decenas de visionados de la adaptación italiana de la novela — subtitulada al español — y una compulsiva y delirante lectura del segundo de los libros, en italiano y con el traductor de Google.

Flower. Un amor intenso.
de

Juro por lo más sagrado que, después de terminar Flower. Un amor intenso de Elisabeth Craft y Shea Olsen, me niego a volver a leer ningún libro más sobre chicos malotes. De hecho, ya había tomado la decisión hace bastantes meses, pero confieso que he sido débil. Sí, otra vez. En cuanto vi, en la sinopsis del libro, las palabras estrella del rock fui de cabeza a por él, obviando, por supuesto, que se trataría de una novela facilona, que me engancharía muchísim0 y que, después de leerla, me dejaría exactamente igual.

El instante preciso en que los destinos se cruzan
de

«El instante preciso en que los destinos se cruzan» llegó por casualidad a mi vida, y lo hizo para quedarse. Se coló en mi lista de pendientes sin hacer ruido, con su portada un poco sosaina y su título increíblemente largo. Empecé a leer, y ya nadie pudo pararme. Esta novela de Angélique Barbérat te absorbe y, a