El noviembre de Kate
de

Quizás sea una teoría que solo comparto yo, pero creo firmemente que, algunas veces, el que nos guste más o menos una novela no depende de lo mejor o peor escrita que esté o de lo interesante o aburrida que sea; a veces, el éxito de un libro está muy subordinado a las expectativas que generas en torno a él.

Bilogía Lucía
de

A primera vista, la Bilogía Lucía de Saray García recuerda muy mucho a saga de Elísabet Benavent. El uso del nombre de la protagonista para conformar la saga, los propios títulos consecutivos de las dos novelas, además, claro está, de la propia historia: novela de amor calentita y romántica, como macizorros a granel, amigas locas y zapatos y ropa de marca. Además, tal como ocurre en las novelas de @betacoqueta, la Bilogía Lucía también engancha mogollón.

Miss zapatos de lujo
de

«Miss zapatos de lujo» de Ana Canterero no es que sea un hito en la historia de la literatura, ni siquiera de la chick-lit, sin embargo, opino que es una novela honesta, que está bien escrita, que engancha, que no se va por las ramas, que no decae hasta el final y que no tiene a una protagonista tarada a la que quieres matar. Y, a estas alturas de la película, todo esto se valora…

Maldad latente
de

El mayor reclamo de «Maldad latente» de Sandra Brown era, sin duda, la extraña unión que proponía entre novela negra y romántica. En verdad, una mezcla difícil de encontrar y de llevar a cabo de manera exitosa. Yo, que como sabéis no soy amante de la novela policíaca, me atreví a leerla porque me llamaba la atención el asunto del secuestro. Sí, ya sé que soy un poco rarita — en realidad, después de lo que hemos leído, todas los somos — pero tenía cierto interés en todo lo relacionado con el síndrome de Estocolmo y las relaciones que comienzan en circunstancias tan fatales. Admito que aquellos años de lectura desenfrenada sobre BDSM han hecho mella en mí.

Marlene
de

Marlene es la segunda obra de Florencia Bonelli. Vio la luz allá por 2003 y, aunque en líneas generales me ha gustado, he de reconocer que me costó bastante reconocer a la autora en esta novela. Se empiezan a perfilar temas que serán de trascendencia en su obra: la sensualidad de los personajes, el gusto por las grandes historias, la visión integral del personaje, la pasión por la historia argentina; sin embargo, todo está como hilvanado, como a medio hacer.

Saga Laura va a por todas
de

Empecé a leer Laura va a por todas de Marta Francés sin saber que era la primera parte de una saga. No es por el hecho de que el segundo de los libros no se haya publicado aún. Ya sabéis que últimamente me salto a la torera la regla de oro de no leer sagas inclusas, así que, si hubiera tenido el dato, la hubiera leído igual. El título me enganchó desde el principio, no tenía escapatoria. No me preguntéis por qué — creo que es asunto de estudio parapsicológico — pero me recordaba muchísimo a novela de Susan Elisabet Phillips, e irremediablemente me daba buen rollo. No obstante, admito que, si hubiera sabido que este Laura va por todas era el inicio de una saga, la hubiera leído desde otra perspectiva. ..

La voz de Archer
de

«La voz de Archer» de Mia Sheridan es un libro que no está mal. Engancha muchísimo (sí, otra vez me he pasado el santo día leyéndolo, hasta terminarlo) y se deja leer. Es romántico, sexy y la verdad es que el personaje masculino no está nada mal. De hecho, es una de las mejores cosas que tiene la novela: el bueno de Archer. Por lo demás, es un libro más, uno del montón. Es bastante previsible.

Tal vez mañana
de

Tal vez mañana es una novela muy dulce. Tal como me pasó con la anterior novela que leí de Colleen Hoover, aunque se trata también de una historia para jóvenes adultos, tienes la sensación de que podría ser un libro que le gustaría a cualquier persona de cualquier edad. Los personajes apenas se besan, no hay sexo entre ellos, pero es tal la carga sexual, el nivel de enganche que experimentas, que tampoco es algo que llegues a echar manifiestamente de menos. A ver, que ya tenemos unas edades y, muchas veces, las novelas que no pasan del piquito en los labios se vuelven desesperantes. Pero, en el caso de Tal vez mañana, este comportamiento está más que justificado.

La chica de Pablo
de

Cuando leí la sinopsis de La chica de Pablo de Naiara Domínguez, no sabía que era una novela fanfic y que el protagonista era Pablo Alborán. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera leído ni loca. Por un lado, la fanfic genera en mí sentimientos contradictorios. En lo concerniente a personajes literarios puedo llegar a entenderla e, incluso, a valorarla. Cuando se trata de personajes reales… me parece bastante raro y, desde luego, algo muy encaminado a un tipo de público muy concreto: las fans.

Maldito Romeo
de

Desde fuera, y sin mirar demasiado su argumento, he de reconocer que Maldito Romeo de Leisa Rayven desprendía un tufo a novela sobre chico malote que tiraba para atrás. Sí, una del tipo de la Trilogía Crash, Maravilloso desastre o la Serie After; de esas donde el protagonista está bastante perturbado, pierde los papeles en cuestión de segundos y tiene una novia bastante mojigata que le perdona lo imperdonable.