El Chino
de Henning Mankell
Una helada mañana de enero de 2006, un fotógrafo hace un descubrimiento aterrador: en el pueblecito sueco de Hesjövallen aparecen brutalmente asesinadas diecinueve personas. La policía sospecha que es obra de un perturbado; pero la jueza Birgitta Roslin, que se interesa por el caso en cuanto sabe que entre las víctimas figura la familia adoptiva de su madre, sostiene otra teoría. Una cinta de seda roja encontrada en la nieve le pone en la pista de un sospechoso llegado de fuera, y de una inquietante trama oculta que parece arrancar en Pekín. Birgitta ignora que todo se remonta a una vieja historia del año 1860, cuando miles de chinos fueron llevados a Estados Unidos a trabajar casi como esclavos en la construcción del ferrocarril en la costa oeste. Las consecuencias de esa dramática odisea, encarnada en los descendientes de los hermanos Wu, San y Gou Si, llegan hasta la conflictiva pero poderosa China del siglo XXI, donde cruentas luchas de poder en el seno del Partido Comunista Chino están decidiendo el futuro del país a las puertas de los Juegos Olímpicos. Pero su persecución del asesino, en solitario y al margen de la policía, se interrumpe en cuanto Birgitta siente en la nuca el aliento frío de quienes quieren acabar con su vida. Así arranca El chino, una novela trepidante de Henning Mankell que sitúa a los lectores no sólo en la Suecia y la China actuales, sino también en escenarios que, en el siglo XIX, fueron testigos de grandes dramas.
¡Consíguelo aquí!Reseña
Desde mi punto de vista, lo mejor de «El Chino» de Henning Mankell es, sin duda, el principio y el final. Tiene un inicio relamente genial. Un crimen masivo, en el norte de Suecia, a menos de 6 grados bajo cero. Un pueblecito aislado totalmente masacrado y ninguna pista. El final es también bueno pero en distinto grado; es previsible pero correcto. En él, se recupera la acción y el suspense del principio dejando cierto regusto de satisfacción.
No obstante, espero que, a diferencia de lo que dice el señor experto de la Fnac, éste no sea el mejor libro de Mankell. Desde hace algunos meses tenía ganas de leer algo de él. Por lo que he podido notar, muchos comparan al finado Stieg Larsson con este genial maestro sueco. Y como me gusta tanto Larsson… ¡tuve que probar! Aunque quería empezar por algún libro de la serie donde el protagonista es el detective Kurt Wallander -sin duda, su mayor éxito-, sin saber por qué, me decanté por «El Chino«.
Y no es que el libro sea malo… simplemente que, como os dije, sólo me ha mantenido enganchada el principio y el final. La idea en inicio es buena, pero a mitad de libro la incógnita se resuelve totalmente. A partir de ese momento, el autor se pierde en devenires extraños como el futuro de China y de Zimbawe, el Libro Rojo, Mao,… que están un poco ahí de puro rebote, engrosando libro. La protagonista tampoco me hace mucha gracia. Una jueza sueca, cincuentona, aburrida, con problemas sexuales, que se pasa medio libro añorando su época juvenil y mayo del 68, cuando tenía una causa que defender. No me convence, me aburre… en definitiva, me resultó muy difícil identificarme con ella.
Vuelvo a repetir que el libro no es malo, quizás, simplemente, esperaba otra cosa. Esperaré a leer otro libro de Mankell, para encumbrarlo o mandarlo al ostracismo.
Escrito por El Ojo Lector