Tocar las estrellas
de Katie Khan
A Carys y a Max, a la deriva en el espacio, solo les quedan noventa minutos de oxígeno. Sufrieron un accidente y ahora están cayendo al vacío mientras se aferran el uno al otro. No pueden evitar mirar atrás y reconocer que, aunque nunca tuvieron la sensación de encajar en el planeta que han abandonado y donde su amor está prohibido, nada les gustaría más que volver a casa. Dedicarán cada segundo a intentar sobrevivir. Porque han llegado demasiado lejos para perderse. Pero... ¿qué ocurriría si, en el último momento, uno de los dos tuviera la posibilidad de salvarse?
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Empecé Tocar las estrellas con auténticas ganas. Últimamente todas las historias de amor me parecen iguales; ninguna consigue llamarme realmente la atención ni engancharme. Sin embargo, la sinopsis de esta (primera) novela de Katie Khan auguraba una de las originales: una distopía que situaba a los protagonistas en la mismísima infinitud del universo, una decisión trágica… Coincidiréis que, ante todo, sonaba bastante interesante, ¿verdad?
De hecho, Tocar las estrellas es una novela que lo es (interesante, digo), sobre todo en lo que respecta a la construcción del universo distópico. Ahora que una gran parte de la población mundial vive enganchada a la calamitosa existencia de Defred/June en la adaptación de El cuento de la criada de Margaret Atwood, no suena del todo extraña una sociedad como la que nos presenta Katie Khan. Mucho más positiva que la de Atwoods (por suerte), la de Tocar las estrellas se desarrolla en torno a Europia, una especie de Unión Europea que aglutina buena parte de Europa y Asia. Estados Unidos no existe, ya que fue devastado durante una gran guerra contra Oriente Medio. El individuo, en su individualidad, cobra un sentido superior en esta nueva sociedad: hombres y mujeres deben desarrollarse en su totalidad (social, moral y profesional) antes de poder asentarse y formar una familia. Es por esto que, desde muy pequeños hasta la edad prudencial de 35 años, los habitantes de Europia migran, cada tres años, a diferentes regiones: de esta manera se aseguran, por una parte, el desarraigo y, por otra, la concordia: ¿cómo puedes atacar en el futuro un país en el que has vivido?
¿Guay, verdad?
Como os imaginaréis los protagonistas, a pesar de ir en contra de lo establecido, se enamoran. Es su historia no solo una vivencia de superación, también una comprometida lucha contra los prejuicios y contra lo socialmente aceptado. Una lucha entre el deber y el corazón.
Como suele ocurrir en estos casos, me ha gustado que, a pesar de que el argumento sea tan yanqui (astronautas, devastación, una nueva sociedad…) todo se centre en Europa. ¿Ya nos tocaba, no? Además, buena gran parte de la historia se desarrolla en Barcelona (creo), aunque ya no se llame así. Y la gente habla en catalán, en castellano y en todos los idiomas imaginables. Es, la verdad sea dicha, una sociedad en la que reina la concordia y la sensatez…
Sin embargo, no todo lo que reluce es oro. Bien es cierto que el contexto, todo lo que os he contando sobre la sociedad en párrafos anteriores, es bastante interesante y, según mi punto de vista, el gran acierto de esta novela. Sin embargo, aunque la novela tiene buenos mimbres para tramar una historia de amor de las épicas y memorables, en lo que a esta atañe, todo se queda un poco en agua de borrajas. Aunque se juega (o se intenta jugar) mucho con la emoción y los sentimientos, todo me ha dejado un poco fría. No me he identificado demasiado con los protagonistas, por lo que no he hecho míos sus sentimientos, la verdad. Esto es un gran handicap, sobre todo cuando te enfrentas a una novela que pretende emocionarte.
Quizás el problema sea la propia estructura del libro, que me temo que peca de excesiva originalidad. El comienzo, aunque prometedor, pronto deriva en una sucesión de flashback que no aportan demasiado y que inciden negativamente en el ritmo. Por otra parte, el final, que os comento más abajo para no lanzar spoilers, tampoco me ha convencido demasiado.
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En definitiva: si queréis leer una novela original, diferente… os la recomiendo. No obstante, no esperéis fuegos artificiales ni nada memorable en lo que respecta a la historia de amor. Todo lo demás, sin embargo, es bastante potable.
Escrito por El Ojo Lector
Soy El Ojo Lector y me encanta leer. Vivo en Sevilla (Andalucía, ES), con mi novio y mi chihuahua-pantera Panchito. Soy fanática de Los Beatles, me encantan los frijoles, el sushi, los macs, el Real Betis Balompié y las películas de Rocky. Desde 2008, leo y reseño en la sombra. Recomiendo libros. No esperes críticas edulcoradas; no las encontrarás, para bien o para mejor :)