Maldad latente
de

El mayor reclamo de «Maldad latente» de Sandra Brown era, sin duda, la extraña unión que proponía entre novela negra y romántica. En verdad, una mezcla difícil de encontrar y de llevar a cabo de manera exitosa. Yo, que como sabéis no soy amante de la novela policíaca, me atreví a leerla porque me llamaba la atención el asunto del secuestro. Sí, ya sé que soy un poco rarita — en realidad, después de lo que hemos leído, todas los somos — pero tenía cierto interés en todo lo relacionado con el síndrome de Estocolmo y las relaciones que comienzan en circunstancias tan fatales. Admito que aquellos años de lectura desenfrenada sobre BDSM han hecho mella en mí.

Empezar de nuevo
de

Como sabéis, desde hace unas semanas, estoy de lleno con Isabel Keats y sus novelas. Ahora, le toca el turno a Volver a empezar, que vio la luz en 2013 y fue galardonada con el Premio Digital HQÑ. Aunque Volver a empezar es una novela agradable, que se lee a buen ritmo y que engancha bastante, tengo que admitir que, de todos sus libros, es el que menos me ha gustado.