Yendo al grano diré que El Tutor es, en general, una inmensa calentura de bragas, aunque no indecente. Veréis, la historia comienza cuando una señora de la alta sociedad londinense recurre a un caballero de cuestionable moral (mitad inglés, mitad árabe) para que le enseñe técnicas y tácticas amorosas para retener a su marido. Como podréis imaginar, el Jeque Bastardo, el tutor, está como un tren y tiene más experiencia en camas que un probador de colchones.